La traducción de contrato de arras. En nuestra vida diaria estamos firmando continuamente contratos e incluso, a veces, lo hacemos inconscientemente. Por ejemplo, al aceptar la política de cookies.
Por otro lado, lo recomendable es leer varias veces lo que se firma, sobre todo en el ámbito de compraventa. En este caso, hablamos del contrato de arras. ¿Alguna vez te enamorado de una casa justo al verla, pero no tienes fondos suficientes para comprarla? El contrato de arras solucionará todos tus problemas.
A lo largo de este artículo, te explicaremos por qué es tan importante la traducción de contrato de arras.
¿Qué es un contrato de arras?
Si has encontrado la casa perfecta, pero no te puedes permitir comprarla aún, has tenido suerte. Puedes hacer una especie de «reserva» mediante un contrato de arras.
El contrato de arras es un acuerdo entre dos o más partes mediante el que se pacta la compraventa de un bien. La parte compradora entrega una cantidad anticipada de dinero a modo de reserva. Ahora bien, este contrato no confirma que se ha realizado la compraventa, sino que se trata de un preacuerdo. Finalmente, si el contrato de compraventa no se firma, la cantidad de dinero entregada se perderá.
¿Qué tipos de contratos de arras existen?
Existen tres tipos:
- El contrato de arras confirmatorias. Es un documento que se considera como un anticipo de la operación de compraventa porque garantiza que se realizará un día ya fijado. Por lo tanto, no está permitido echarse atrás.
- El contrato de arras penales. Su objetivo es asegurar el contrato fijando una indemnización de daños y perjuicios si se renuncia a la compraventa.
- Arras penitenciales o de desistimiento. Permite que ambas partes puedan renunciar unilateralmente a hacer la operación.
¿Qué información aparece en el contrato de arras?
El contenido del contrato de arras es fundamental, ya que recoge la información que contendrá posteriormente el contrato de compraventa. Esta es la información que debe contener un contrato de arras:
- Datos personales del comprador y del vendedor.
- Descripción de la vivienda.
- Precio final.
- Cantidad de dinero adelantada por el comprador.
- Fecha establecida para hacer la compra definitiva.
- Reparto de los gastos de compraventa.
- Firma de las dos partes.
¿Por qué es importante una traducción de contrato de arras?
La traducción de un contrato de arras se lleva a cabo cuando una de las partes no es hispanohablante. Como ya se ha comentado, este documento es tremendamente importante, pues contiene información sobre la compraventa.
Si nos paramos a pensar, comprender este texto es esencial para asegurar que ambas partes se entiendan. Por ello, si una de las partes no habla español, se debe disponer de la traducción de contrato de arras.
Por otro lado, existe otro caso en el que se necesitaría la traducción de contrato de arras. Es posible que haya que presentar el contrato de arras en algún organismo público. Entonces, si se trata de alguna administración extranjera, el documento debe traducirse al idioma de la administración.
En ambos casos, la traducción se considera un documento oficial, ya que se trata de una traducción jurada.
¿Qué es importante conocer sobre la traducción de contrato de arras?
Este tipo de texto utiliza un lenguaje muy preciso y concreto que no debe dar lugar a ambigüedades o posibles interpretaciones. Indiscutiblemente, esta tarea no es fácil de realizar, por lo que se recurre a traductores profesionales. Es esencial que esta traducción la lleve a cabo un traductor jurado para que el lenguaje sea lo más preciso posible.
Finalmente, al tratarse de una traducción jurada, cada página deberá ser sellada y firmada por el traductor jurado. Además, es conveniente organizar el proyecto con tiempo, ya que la traducción se enviará por mensajería.
En definitiva, si tienes que firmar un contrato de arras y necesitas la traducción, no desperdicies la ocasión. En Translinguo Global® contamos con traductores jurados aprobados por el Ministerio. Si te interesa, contacta con nosotros, pide presupuesto y no dejes pasar tu oportunidad.
