La importancia de la relación entre traducción y cultura

traducción y cultura

Traducción y cultura están muy relacionadas, ya que la cultura es el origen de la lengua. El significado en ambos idiomas se ve profundamente afectado por el contexto cultural, especialmente en la traducción comercial. Una oración puede parecer fácil de traducir a simple vista. Sin embargo, puede contener matices que son esenciales para transmitir el significado deseado, y no el contrario. De este modo, la traducción sin contexto cultural puede ser peligrosa, especialmente cuando el significado es importante.

Traducción y cultura: Significado literal y contextual

El traductor debe decidir qué importancia tiene el contexto cultural en cada oración. Es decir, debe transmitir lo que realmente significa la oración, que no tiene por qué ser lo que significa literalmente. Así, el texto debe tener sentido tanto en la lengua como en el contexto de la cultura de destino.

Hay muchas instituciones y entidades que no existen en todas las culturas. Las creencias más consolidadas e incluso el compromiso con la verdad varían de una cultura a otra. Cada una de estas entidades psicológicas de una cultura lleva a determinadas palabras asociadas. Estas palabras pueden tener un significado distinto en otra cultura y no significar lo mismo en otras lenguas. Entonces, ¿cómo se traducirían esos elementos únicos de una cultura? Solo aquellos inmersos tanto en la cultura origen como en la de destino pueden hacer una interpretación correcta.

Tabúes y diferencias de valor

Los tabúes establecidos en una cultura pueden ser un tema completamente neutral en otra cultura. La traducción debe ser sensible a las connotaciones morales y espirituales de las palabras, y símbolos en una determinada lengua. Para ello, el traductor debe encontrar términos con significados equivalentes. La dimensión de los valores es uno de los aspectos más complicados de la traducción.

El viaje del presidente Carter a Polonia en 1997 demuestra la importancia de la relación entre traducción y cultura. El Departamento de Estado contrató a un intérprete ruso que no tenía mucha experiencia en traducir al polaco. En palabras de este intérprete, Carter acabo haciendo ciertas declaraciones desacertadas en polaco. Por ejemplo, «cuando abandoné los Estados Unidos», en lugar de «cuando me fui de Estados Unidos». Otro error fue traducir «tu lujuria para el futuro», en vez de «tus deseos para el futuro». Para la vergüenza del presiente, esos errores dieron mucho que hablar a los medios de comunicación.

Otro ejemplo es el caso de Nikita Khrushchev, que dijo en las Naciones Unidas la famosa frase «os vamos a enterrar». Esto no fue más que un error cultural de traducción del ruso, que en realidad significaba «vamos a aguantar». Esta traducción errónea se interpretó como una amenaza de ataque. Hay muchos ejemplos como estos que reflejan la necesidad de sensibilidad cultural en la traducción. Hay errores que han llevado al cambio de marca de un producto o a la caída de procesos de inventario. De hecho, imaginar a Moisés con cuernos se debe nada más y nada menos que a un error de traducción.

La cultura confiere a la lengua diferentes contextos. Al traducir una palabra de una cultura a otra, el significado, en mayor o menor medida, cambia. Y hay que tener cuidado, porque a veces esa diferencia de significado representa una diferencia de valor. Esta puede ser crítica a la hora de traducir. De este modo, es necesario ser consciente de que traducción y cultura van siempre de la mano.

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