¿Cómo se traduce un cómic?

¿Cómo se traduce un cómic?

¿Cómo se traduce un cómic? La mayoría de la gente se piensa que traducir un cómic es algo fácil, sencillo y rápido, pero ¿realmente es así?

No, la traducción de un cómic no es una tarea sencilla, ni mucho menos rápida. Se suele creer que, por tener muchas imágenes, ilustraciones y poco texto, es algo fácil de realizar. Como cualquier traducción, este tipo de especialización cuenta con numerosos problemas y dificultades.

¿Qué caracteriza a este tipo de textos?

En primer lugar, el modo de narrar una historia con ciertos elementos visuales y textuales que están relacionados. Es decir, ambos se necesitan y, por lo tanto, es algo que en la traducción hay que mantener.

En segundo lugar, los códigos extralingüísticos. Es decir, el conjunto de signos que no mantienen una relación con el lenguaje, pero, aun así, se emplean junto a los signos lingüísticos.

Algunos de ellos son las ilustraciones, mencionadas anteriormente, las onomatopeyas y la tipografía. En el caso de las onomatopeyas, hay que subrayar que la principal dificultad que encontramos es la traducción, puesto que son distintas en cada lengua.

En tercer lugar, encontramos problemas más comunes, aunque siguen siendo problemas de traducción, como, por ejemplo, los idiolectos, localismos o dobles sentidos.

Pero, sin ninguna duda, el mayor problema al que se enfrenta un traductor a la hora de afrontar la traducción de un cómic es el límite de espacio. A la hora de traducir un cómic, el traductor cuenta con un espacio bastante limitado, el bocadillo, y su traducción debe entrar en ese espacio sin problemas.

Esto nos recuerda un poco a la traducción audiovisual cuando, a la hora de subtitular, también contamos con un espacio bastante restringido. La principal solución para esto es tener la habilidad y ser capaz de sintetizar el contenido del mensaje a un espacio bastante reducido.

Aunque la limitación del espacio es el principal problema, hay que destacar que no es una tarea muy complicada cuando se trata de una lengua romance, como italiano, francés o portugués, puesto que solemos emplear el mismo número de palabras cuando expresamos una idea.

El problema llega cuando no se trata de una lengua romance, ya que ese número de palabras para expresar una idea no es el mismo. Si hablamos de un manga, una frase que contenga cinco o seis caracteres en japones, en español puede aumentar o incluso doblar los caracteres.

¡Cuidado! No vale con reducir el tamaño de la fuente mucho o emplear otro tipo de fuente, ya que el tamaño y tipo de fuente siempre deben ser el mismo.

Entonces ¿cómo se traduce un cómic?

Algunas recomendaciones que se pueden seguir son las siguientes:

  • Evitar las redundancias.
  • Usar deícticos: me gusta ese, en lugar de me gusta ese (coche), por ejemplo.
  • Usar verbos o fórmulas más breves.
  • Evitar el uso de las perífrasis verbales.

Otro gran problema de traducción son las onomatopeyas, como ya se mencionó antes. Si en el cómic aparece la onomatopeya del ruido del motor de un coche, ¿sabrías cómo traducirlo?

En algunos países esta onomatopeya se presenta como «trrr» mientras que, por ejemplo, en España solemos presentarla como «brummm».

Otro ejemplo muy común y conocido es la risa, en los países anglosajones se representa de forma totalmente distinta al nuestro.

En definitiva, un gran factor a tener en cuenta es la importancia de ser conocedor de las culturas implicadas. El traductor debe conocer a la perfección su cultura para ser capaz de adaptar a la perfección todos los elementos culturales que se encuentra en el texto original. De esta manera, podrá conseguir una traducción lo más natural posible.

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