¿Qué es un texto técnico? ¿Es su tema de discusión el único criterio con el que se le puede definir?
¿Eres un traductor técnico profesional? Bien, muchas personas señalaban el uso de términos especializados como una de las principales características de este tipo de texto. Sin embargo, algunos textos técnicos se pueden encontrar en diferentes estilos de escritura, como textos jurídicos (por ejemplo, memorandos de entendimiento), novelas, anuncios, (por ejemplo, un anuncio para electrodomésticos), documentos presupuestarios (como los productos de un inventario de materiales) y material educativo (como un libro de texto de ciencias).
Estos textos podrían ser técnicos o no, pero el mero hecho de que forman parte de un texto más extenso con más de un propósito para el lector no pueden clasificarlo como escritura especializada.
Si un texto delata el mínimo toque retórico, estético, cómico o argumentativo, el objetivo ya no se podría considerar como únicamente práctico.
Entonces, si el uso de terminología especializada no es el identificador apropiado, ¿qué clasifica como técnico a un texto?
Una característica que diferencia un texto técnico de otros textos es su objetivo estrictamente utilitario: la única función es responder a la necesidad de información o instrucción generada por la necesidad del lector de llevar a cabo una tarea técnica.
¿Leería alguien las instrucciones de un aparato o medidas de seguridad por diversión o aclaración moral?
Los lectores (o más concretamente, los usuarios) de dichos textos creen que no tienen otra opción más que consultar los manuales de instrucciones porque no hay otro medio mejor para averiguar, por ejemplo, cómo montar un armario, seguir un procedimiento de mantenimiento o reparar el extractor de un ventilador.
Para simplificar un poco más nuestro debate, trataré con textos técnicos en el sentido más reducido del término, esto es, con textos cuyo tema de debate afecta al uso de las ciencias aplicadas o las artes prácticas, mecánicas o industriales.
Breves consejos para un traductor técnico
El escepticismo es lo primero que atribuye a un buen traductor técnico.
Es necesario determinar el ámbito al que pertenece el término para comprobar que la lectura de tu texto es la única posible.
No te olvides de los signos de puntuación cuando trates con números.
Un buen medio para procesar un título es revisar el texto para ver las palabras y frases que forman unidades sintácticas. Al deducir o llegar a las conclusiones, el traductor técnico puede resolver cómo analizar el texto y determinar la intención del significado.
Los textos deben escribirse y organizarse de forma que reúnan un requisito muy concreto: la eficacia. Esto quiere decir que el estilo de escritura debe ser claro, conciso y lo menos ambiguo posible.
El traductor técnico debe tener en cuenta la función y el contexto del texto.
La traducción técnica requiere que el traductor traductor se tome la mayor distancia del texto. Los buenos traductores técnicos son los que nunca confían en las probabilidades o la intuición. No obstante, siguen desafiando sus propias convicciones y presuposiciones. Esto quiere decir que ponen en duda todo lo que no saben con certeza.
A veces puede ser necesario reorganizar párrafos para hacer aclaraciones del texto. A veces la respuesta a una pregunta se puede encontrar en cualquier parte del texto. Utiliza todo el contexto para encontrar las pistas que te lleven al significado.
Cuando sea posible, consulta la bibliografía del autor u otros documentos para aclarar tus dudas. Los traductores siempre deben recordar que no hay certeza en cuanto a la competencia sintáctica del escritor original.
En cuanto haya una duda sobre la calidad o importancia de un texto. Por ello, el traductor debe cuestionar el texto original y no dudar en intervenir para mejorarlo, si está seguro de que haciéndolo mejorará realmente el texto.