¿Qué es la traducción especializada?
La traducción especializada consiste en cambiar o adaptar un texto especializado a otro idioma. Un texto especializado es aquel que trata un tema concreto con una terminología especializada, y existen muchos campos de especialización. Por tanto, las empresas de traducción especializada son aquellas entendidas en la traducción y adaptación cultural de textos especializados.
¿Cómo funcionan las empresas de traducción especializada?
Muchas personas consideran que realizar un proyecto de traducción es una tarea sencilla. La realidad es que hay muchos profesionales y varios pasos a seguir al realizar un proyecto de traducción. En este caso, nos enfocaremos en el punto de vista de las empresas de traducción especializadas. Los profesionales implicados en un proyecto de traducción son:
- El gestor del proyecto. Coordina, gestiona y monitorea el proyecto en todo momento. Su rol es crucial, es el intermediario entre el cliente y los profesionales;
- El traductor. Reproduce del texto en la lengua meta;
- El revisor. Examina el contenido de la traducción y corrige los errores del traductor;
- El terminólogo. Actualiza las bases de datos terminológicas, crea glosarios y resuelve dudas;
- El maquetador o diseñador. Se encarga del formato del texto meta. No es necesario que haya uno en todos los proyectos de traducción.
Detrás de un proyecto de traducción hay una gran cantidad de profesionales y de trabajo.
Funciones de los profesionales en un proyecto de traducción
Todas las empresas de traducción especializada tienen una plantilla fija, es decir, unos profesionales contratados que trabajan en las oficinas de la empresa. Aun así, es muy común contratar a traductores y/o revisores autónomos para un proyecto en concreto. Veamos las funciones más importantes de cada profesional.
- El gestor de proyecto se encarga de:
- contactar con el cliente y recibir el texto a traducir y los materiales (si los hay);
analizar el texto a traducir y decidir la mejor forma de entrega;
- crear un presupuesto;
- llevar un registro del proyecto;
- organizar y seleccionar el material (bases de datos, glosarios o guías de estilo, por ejemplo) para enviárselo a los traductores y revisores;
- seleccionar a quienes vayan a trabajar en el proyecto;
- dividir, asignar las tareas y establecer las fechas de entrega;
- recibir las dudas del traductor y enviárselas al cliente para resolverlas;
- coordinar la comunicación si hay equipos de traductores o revisores y recibir y enviar sus textos;
- verificar el control de calidad;
- enviar la factura al cliente una vez completado el proyecto;
- y hacer un seguimiento de los pagos, de los gastos, y realizar un informe sobre cada proyecto.
- El traductor se encarga de:
- traducir el texto original a la lengua meta;
- asegurar una consistencia localizando y examinando textos paralelos;
- seguir la guía de estilo, la terminología y los glosarios que haya marcado el cliente;
- hacer la investigación cultural adecuada para una buena adaptación del texto original;
- compilar glosarios;
- alimentar las bases de datos terminológicas;
- y revisar su traducción para asegurar un control de calidad antes de enviarla al gestor de proyectos.
- El revisor se encarga de:
- realizar una examinación bilingüe del texto original y el texto meta para asegurar que no ha habido un cambio de significado;
- asegurarse de que se ha traducido todo lo que ha pedido el cliente;
- mejorar el estilo si es necesario;
- corregir errores gramaticales y ortográficos;
- y comprobar la terminología y asegurar un buen control de calidad.
- El terminólogo se encarga de:
- crear y actualizar las bases de datos terminológicas;
- crear y actualizar glosarios;
- revisar la terminología;
- y resolver dudas terminológicas que puedan tener el traductor o el revisor.
- El maquetador se encarga de:
- revisar el formato y cambiarlo si es necesario;
- modificar y editar imágenes;
- aconsejar a los gestores de proyecto y a los traductores sobre la maquetación del proyecto.
Existe un trabajo muy denso detrás de cada proyecto de traducción. Las empresas de traducción especializada tienen la obligación de cumplir con un control de calidad adecuado. Este control de calidad está regulado por la normativa ISO 17100 de Calidad en Servicios de Traducción.