La traducción científica es la traducción de textos científicos, por lo que se necesitan unos conocimientos especiales. Estos textos requieren un conocimiento profundo tanto del texto fuente como del texto meta, además de un entendimiento profundo del tema. Los traductores científicos son a menudo lingüistas formados, especializados en campos como la medicina, la biología o la química. Algunas veces se trata de científicos que han alcanzado un alto nivel de conocimientos lingüísticos, el cual pueden aplicar a la traducción de textos dentro de su área de estudio. La colaboración entre lingüistas y especialistas del campo es muy común en este caso. En este artículo, expondremos algunas de las mejores técnicas para la traducción científica.
Sé claro y conciso
La claridad y la concisión son las principales metas estilísticas de la traducción científica, la cual debe contener exactamente el mismo significado que el texto original. Las ambigüedades y las contracciones poco claras son propias de la traducción literaria y no se permiten en la traducción científica. Esta es la tarea más dura en este tipo de traducción. Encontrar las palabras correctas puede suponer un duro esfuerzo a veces, y puede llevar a haber repeticiones en el texto, ya que ciertos sinónimos pueden resultar ambiguos y más adecuados para la traducción literaria. Evitar las repeticiones puede ser extremadamente difícil. Esta es la razón por la que el traductor debe tener una base de conocimientos científicos que le permitan jugar con la terminología sin modificar el significado del texto.
Ten en cuenta que, cuanto más te especialices en campos y subcampos, más sencillo te supondrá investigar, escribir y convertirte en un experto.
Ten cuidado con posibles errores en el texto original
Algo también muy común entre traductores científicos es la capacidad para corregir pequeños fallos en el texto original, ya que son ellos mismos los que van a leer el documento con mayor atención. Algunos errores comunes en trabajos científicos incluyen: inconsistencias entre las cifras citadas en las tablas, diagramas de apoyo que muestran información distinta a la que deberían o símbolos poco claros para aludir a tablas. En estos casos, se recomienda a los traductores corregir dichos errores con corchetes o notas a pie de página.
Juega con la estructura y el significado
Si las características sintácticas y léxicas del idioma son distintas, a veces será necesario reestructurar las oraciones por completo. Por ejemplo, lenguas altamente inflexionales, como el ruso o el alemán, pueden conectar un gran número de cláusulas independientes con gran cantidad de referentes y antecedentes y seguir teniendo un sentido claro. Sin embargo, esto sería imposible en un idioma como el inglés. En dicho caso, el traductor tendrá que trabajar con especial atención en lo referente a estructura y significado. Esta es una de esas situaciones en la que mantener intacto el sentido de una frase puede suponer un verdadero reto. Una de los mejores métodos a seguir en estos casos es parafrasear, es decir, replantear un texto o fragmento para que signifique lo mismo usando palabras diferentes.
Al finalizar la traducción, siempre deberías revisar los textos tú mismo primero
Sé un lector ávido
Para crear un traducción científica impecable, el traductor debe estar lo mejor informado posible. Leer los últimos libros y publicaciones académicas ayuda a mejorar tus dotes de traducción. En primer lugar, te familiarizas con la terminología y el estilo de este tipo de trabajos. En segundo lugar, te mantienes al día con las últimas investigaciones y descubrimientos científicos, lo que te ayudará a comprender mejor los conceptos que has de traducir. Puedes incluso crear un blog sobre traducción, investigación y acontecimientos científicos. Puedes escribir artículos o tomar artículos ya existentes y traducirlos a otros idiomas de tu dominio para obtener experiencia (recuerda pedir permiso para evitar infringir el copyright). Esta idea es particularmente útil para principiantes que quieren especializarse en traducción científica. Ten en cuenta que, cuanto más te especialices en campos y subcampos, más sencillo te supondrá investigar, escribir y convertirte en un experto.
Presta atención a los números y los símbolos
En ciencias te vas a encontrar con una gran cantidad de números, fórmulas, diagramas y símbolos, los cuales no pueden ser ignorados durante el proceso de traducción. El sentido de un página entera o incluso un artículo se puede ver alterado si el traductor incluye un número o símbolo erróneo. Para evitar esto, debe tener un entendimiento profundo del tema. A continuación, debe prestar especial atención a los pequeños detalles. Esto requiere paciencia y habilidades analíticas, cualidades indispensables para un traductor científico.
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Revisa siempre tu traducción
Al finalizar la traducción, siempre deberías revisar los textos tú mismo primero y luego pedir a un segundo traductor que los mire también. Lo ideal sería preguntar a otros traductores que tengan experiencia en el campo. De este modo, cualquier fallo que hayas pasado por alto se podrá corregir. En el caso de que algunos conceptos del texto original te resulten confusos, puedes comunicárselo al autor (si es posible) o al cliente. Siempre es mejor pedir aclaraciones antes que hacer un trabajo confuso.
Adapta tu estilo al tipo de documento
En el mundo científico, vas a encontrarte con diferentes tipos de documentos que van a exigir distintos niveles de formalidad. Si estás traduciendo un trabajo académico, deberás utilizar un estilo muy elevado con frases complejas y palabras menos comunes. Por otro lado, si hablamos de manuales o instrucciones de toma, la traducción debería ser menos formal. Los destinatarios de este tipo de documentos son personas de a pie o novatos dentro del ámbito de la ciencia. Esta es la razón por la que el registro debe ser más accesible y fácil de comprender.
En conclusión, la traducción científica siempre supone un reto. El traductor tiene que mantenerse al día con los cambios constantes dentro del campo. Debe, o bien ser científico, o bien leer y absorber toda la información que pueda sobre los temas que va a traducir. El estilo del traductor científico debe ser claro y conciso. El nivel de formalidad será distinto dependiendo del tipo de documentos con los que trabaje.
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